La cultura mexica, también conocida como azteca, es una de las civilizaciones más destacadas de la Mesoamérica prehispánica. Originarios de Aztlán, los mexicas migraron hacia el Valle de México y fundaron Tenochtitlán en 1325, sobre un islote en el lago de Texcoco, siguiendo una señal divina: un águila devorando una serpiente sobre un nopal. Este evento se convirtió en un símbolo nacional, hoy representado en el escudo de la bandera mexicana.
Los mexicas desarrollaron una sociedad jerarquizada y organizada, encabezada por un tlatoani (líder supremo). Su estructura social incluía nobles, sacerdotes, guerreros, comerciantes, artesanos, campesinos y esclavos. La religión era el eje central de su vida, basada en un complejo panteón de dioses como Huitzilopochtli, Quetzalcóatl y Tláloc, a quienes rendían culto a través de ceremonias, sacrificios y festividades.
El arte de los Mexicas
El arte mexica destaca por su riqueza simbólica y su conexión profunda con la religión y la cosmovisión de este pueblo. Su escultura monumental, como la Piedra del Sol y la representación de Coyolxauhqui, refleja mitos y deidades esenciales en su cultura. El arte plumario, elaborado con plumas de aves exóticas como el quetzal, se utilizaba para crear tocados y estandartes de un colorido impresionante, símbolo de poder y estatus.
Además, los mexicas sobresalieron en la cerámica decorada con motivos geométricos y escenas mitológicas, así como en la creación de códices que narraban su historia y tradiciones a través de un estilo pictográfico único. Cada expresión artística, desde los objetos cotidianos hasta los rituales, estaba cargada de simbolismo y espiritualidad. Este legado artístico, aún preservado en piezas que se exhiben en museos, sigue siendo un testimonio de la grandeza y sofisticación cultural de los mexicas.