POBLAMIENTO DE AMÉRICA

El poblamiento de América es un proceso que se remonta a decenas de miles de años y ha sido objeto de numerosos estudios científicos e hipótesis. La teoría más aceptada sostiene que los primeros habitantes llegaron desde Asia durante la última glaciación, hace aproximadamente 20,000 a 15,000 años, cruzando el Estrecho de Bering. Durante este periodo, el nivel del mar descendió significativamente, exponiendo un puente terrestre conocido como Beringia, que conectaba Siberia con Alaska. Desde ahí, los grupos migrantes se dispersaron hacia el sur, poblando el continente a través de corredores libres de hielo y siguiendo rutas costeras.

Mesoamérica: La cuna de las Civilizaciones Prehispánicas

Mesoamérica es una región cultural que abarcó parte del centro y sur de México, así como áreas de Guatemala, Belice, El Salvador y el occidente de Honduras. Fue el hogar de algunas de las civilizaciones más avanzadas de la época prehispánica, como los olmecas, mayas, zapotecos, teotihuacanos, toltecas y mexicas. E

Las civilizaciones mesoamericanas destacaron por su riqueza cultural y tecnológica. Crearon calendarios complejos, sistemas de escritura jeroglífica y monumentos arquitectónicos impresionantes, como pirámides y templos. Religión y cosmovisión jugaron un papel central, con dioses relacionados con la naturaleza y la creación, y rituales como los sacrificios humanos para mantener el equilibrio del cosmos. El legado de Mesoamérica sigue vivo en las tradiciones, lenguas y vestigios arqueológicos que representan la grandeza de estas culturas y su impacto en la historia de México y América Central.

Tlatlico: Conjunto de Entierros

Tlalico se desarolló durante el Preclásico Mesoamericano y, puede ser considerado como uno de los sitios más importantes de la Cuencia de México, no solo por la abundancia de sus materiales arqueológicos, sino también por su belleza y calidad. 

Una de las características de Tlatlico son sus sepulturas; a lo largo de cuatro temporadas de excavaciones, fueron explorados más de 500 entierros humanos, de los cuales la mayoría tenían una ofrenda consistente en diversos objetos, como cerámica, instrumentos líticos y figurillas, que reflejan, generalmente, las actividades qeu realizaba el individuo al que acompañaban. Los entierros también muestran que los muertos eran inhumados directamente en el suelo, tanto dentro como fuera de sus casas, envueltos con alguna estera, sin mostrar una orientación o posición preferente.